Después de intensos años de actividad profesional y empresarial, viví en carne propia la experiencia de desgaste. Tuve estrés post-traumático, depresión, muchos kilos de más, y un agotamiento extremo físico y mental. Supe lo que es vivir sin energía ni motivación, y esa dura experiencia me ayudó a cambiar de rumbo y me impulsó a iniciar mi propia transformación.

Descubrí cómo nuestros hábitos y estilo de vida (sobre todo la alimentación, el ejercicio, el manejo del estrés, y el descanso y el sueño), son nuestros mejores aliados para restablecer el equilibrio. Aprendí del impacto que tienen las hormonas en la salud femenina. Y poco a poco, me fui liberando de la adicción al azúcar, (todavía no lo logro con los carbohidratos, me chifla el pan...), normalizando el apetito, flexibilizando el metabolismo, recuperando mi peso, y volviendo a sentir ilusión y vitalidad.